En aquellos momentos habíamos entrado en plena etapa de casi-federación de grupos teatrales independientes entre sí.
Como asociación habíamos creado algunos sistemas de prestaciones internas, para optimizar los recursos: por ejemplo, un depósito central de materiales con aportaciones propiedad de los grupos. Un taller y "servicio técnico" para fabricar trastos y elementos escénicos, que se armó con herramientas propiedad de varios grupos; el uso de las salas de ensayo, etc. Como cada cual seguía siendo propietario de lo suyo, pero lo cedía con ciertas condiciones al resto de grupos asociados, se impuso la necesidad de un esquema de contabilidad, control y seguimiento de tales sistemas de prestaciones. Pero hacerlo en dinero oficial iba en detrimento de los grupos con menos recursos. De ahí surgió la idea de crear una moneda de curso interno para atender los apoyos mutuos entre grupos.
Esa moneda fue la Mantícora, y la emitimos de manera física. Teníamos una gran cantidad de sobra de pegatinas de Manticore, que sellamos en su dorso con distintos valores nominales y distribuimos entre los grupos, con una caja central reguladora. Solo cubrían, como decimos, las contraprestaciones internas entre grupos. No llegó a utilizarse para abonar las clases de la Escuela de Teatro, que se cobraban en pesetas, aunque se pensaba en ello cuando se produjo el cierre institucional de la Escuela.
Fuera de aquel contexto concreto no había mucho sentido en mantener el uso de la moneda, pues todos aquellos sistemas de servicios internos -y varios más que creamos- se pasaron a abono en pesetas, debidos a los nuevos costes. La Mantícora pasó a una situación de impasse.
En estos momentos estamos realizando un esfuerzo considerable por cubrir el máximo posible de elementos y recursos de la economía social alternativa, y vuelve a tener cierto sentido reactivar algunas de sus funciones, incluso a la par de la moneda Demos.
Apoyamos el uso de Demos, la moneda social comunitaria virtual de trueque nacida en Gran Canaria y de amplio uso en esa isla, así como en extensión en otras islas del Archipiélago Canario.
Hemos sopesado en varias ocasiones emplearla en el caso de posibles transacciones internas, pero no podemos hacerlo de forma generalizada, pues esa moneda tiene algunas normas que entrarían en contradicción con nuestra dinámica si las trasladáramos a nuestro ámbito interno.
La moneda Demos tiene impuestos al saldo acumulado, para poder con ellos abonar las rentas básicas de sus usuarios. Es una buena medida en general, pero iría en detrimento de nuestros socios si les obligamos a utilizarla para nuestras transacciones internas. Nuestros puntos, por tanto, serían un reconocimiento de labores realizadas a beneficio de la asociación, que no se extingue por el hecho de cesar tales aportes. Al contrario, a nosotros nos interesa que los colaboradores, tan volátiles por lo común en los movimientos asociativos, mantengan una conexión con nosotros.
Frente a eso, el empleo de Demos tiene ventajas obvias: sirven para un abanico muy superior de bienes y servicios, y seguirá siendo así, entre otras cosas porque Manticore no pretende crear mercadillos o transferencias horizontales entre usuarios. En realidad, este sistema que presentamos ahora es más bien un sistema de puntos de premio que se canjean contra nuestros depósitos centrales. Por ello, además de dichos puntos, aceptamos igualmente los Demos en nuestras transacciones internas, si alguno de nuestros miembros prefiere utilizarlos (o cuando lo prefiera, por conveniencia) salvo cuando se indique lo contrario.
Los Puntos no poseen (ni lo pretenden) el alcance comunitario de Demos, pero a nosotros nos cerrarían en estos momentos un conjunto de pequeños agujeros detectados que, por ahora, no pueden cubrir otras vías alternativas.
Tienen derecho al uso de los puntos todos los activistas y usuarios de Manticore.
Estamos realizando las pruebas necesarias para decidirnos por alguno de los portales que ofrecen transacciones en puntos o monedas virtuales, y en breve actualizaremos este post con la dirección pertinente.
A efectos de asignación y conteo, el sistema entra en vigor con carácter retroactivo el 1 de Enero de este año en curso, pues es a partir de ahí que empezaron a definir las estrategias y realizar actividades reales que le dieron forma.