Por ello, sus ingresos dependen completamente del esfuerzo propio, donde solo una parte es en dinero oficial, y otra se concierta en trueques, contraprestaciones y acuerdos de colaboración mutua.
En 1990 una alumna de la Escuela de Teatro de Las Palmas quiso hacer un regalo de materiales. En ese momento decidimos que los responsables nunca y jamás podrían aceptar regalos a título individual de alumnos u otras personas o entidades que pudieran comprometer nuestra actitud. Hicimos una valoración de ese regalo y convertimos esa suma estimada en una Bolsa de estudios para algún alumno con menores recursos.
A partir de ahí, esa norma fue extendiéndose a toda nuestra labor: no aceptar regalos (o donativos), sin convertirlos en alguna forma de "compensación". Por ejemplo, solo una vez en toda nuestra existencia el ayuntamiento nos dejó un local y durante ese período lo compensamos con actuaciones, charlas y presentaciones en distintos puntos de la ciudad a donde nos enviaba. En el caso de donativos individuales, agradecíamos inalterablemente el gesto con algún detalle de nuestra parte, en primer lugar confiriendo siempre la colaboración por méritos.
En la vía de extender la economía alternativa, podríamos decir que hoy en día "aceptamos" donativos en la medida en que lo hemos articulado de manera orgánica. Porque, por pequeños que sean, para nosotros son un mundo. Pero mantenemos nuestro concepto de valorarlos y adjudicar siempre las correspondientes compensaciones (es decir, siempre los convertimos en trueques).
Se nos puede hacer llegar
- En dinero oficial,
- En monedas virtuales cifradas, o
- En moneda social virtual comunitaria de trueque Demos.
También hemos sido donantes a terceras partes en varias ocasiones a lo largo de la historia, y sigue haciéndolo en la actualidad, sin pedir nada a cambio.