Hace pocos años ampliamos estatutariamente el ámbito territorial de
Manticore a su máximo nivel legal, que es el de todo el país.
Empezábamos a tener urgencia en poder disponer de presencia jurídica
en todo el territorio. Esto viene de mucho antes. En 1983 aprobamos
una idea basada en el proyecto de un movimiento teatral compuesto por
una compañía central y un conjunto de grupos locales adjuntos,
coordinados por el centro, que abarcara potencialmente toda la isla.
Ya en aquella fecha entendimos que el ámbito podria ser incluso mayor,
el provincial, que era el que en aquella época estaba legalmente
definido. Es decir entreveíamos que estábamos pergeñando un concepto
que trascendía los ámbitos territoriales más inmediatos. Pero aquella
idea, aunque aprobada, nunca se concretó en nada, a pesar de un par de
acciones que al final quedaron solo en talleres locales.
El grupo unitario se disolvió en 1985 y Manticore se convirtió en una
asociación de grupos de teatro cuasi-federados. Fue en esa fase, un
par de años después, cuando uno de esos grupos recuperó la idea y
comenzó a ponerla en marcha con un grupo barrial. Pero aquella
experiencia también quedó ahí y la asociación legal de hecho no estaba
realmente activa. Fue cuando, después de construir los Talleres de
Teatro de la UP de Las Palmas y la Escuela de Teatro, cuando realmente
empezó a funcionar la cuasi-federación de grupos, ampliamos el ámbito
territorial a toda Canarias, y avanzamos en un esquema de creación de
grupos, que también federábamos. En esa época, especialmente en la
del Belingo, debatimos y filosofamos en más de una ocasión que el
esquema que estábamos construyendo trascendía lo
local-insular-provincial y poco después llegamos a crear en 1996 una
compañía en Tenerife.
Pero fue con la reestructuración de 1998 cuando de verdad diseñamos un
sistema completamente ajustado a aquella idea, con la creación de
grupos bilaterales, que coincidió además con el hecho del aumento de
movilidad de los actores canarios hacia la Península en movimientos de
ida y vuelta. Ya en esos años sí se planteó de forma más concreta la
idea de que Manticore podría crear grupos en Barcelona y/u otras zonas
de España y que habría que redactar las resoluciones pertinentes.
Pero todo quedó nuevamente en el aire, aunque el marco mental se
amplió enormemente a partir de 2004, con varias iniciativas que
trascendían lo canario y, en algunas de ellas, a partir de 2007, lo
español.
Aún así, dichas iniciativas internacionales las planteamos como
plataformas de coordinación de colaboración y producción a través de
redes informáticas, y no como extensión de nuestro movimiento, sino
como esquema de coproducción y/o reciprocidad.
Ha sido en estos últimos años, en los que hemos publicado a varios
autores internacionales y estudiado el modo de encaje de ese hecho en
nuestra normativa, y tras lo infructuoso de varias propuestas, cuando
la directiva decidió en Enero pasado, 2020, una nueva mentalidad que
aprovechara lo hecho, pero que nos permitiera asumir iniciativas sin
tener que esperar por otras entidades que colaboraran. Es por ello
que, ahora sí y por fin, uno de los desarrollos de esas indicaciones
nos inclina a proyectar y estudiar la creación de delegaciones en
otros territorios y países, a fin de cubrir responsabilidades
potenciales en publicaciones, recitales y actuaciones dentro del marco
de algunas de nuestras actuales iniciativas.
