En este periodo de finalización de la década, venimos reflexionando sobre la ingente cantidad de iniciativas propuestas por nuestra parte desde 2013 hasta hoy en el sentido de llamar a compartir recursos con otros colectivos y entidades, ya fueran artísticas o sociales. Desde cosas tan simples como crear listados de libros para crear una Biblioteca Dispersa, como un Depósito disperso de materiales, para su acceso mancomunado, despensas solidarias compartidas, movimientos artísticos amplios con objetivos concretos (Creadores Canarios, Frentes Artísticos, Movimientos artísticos solidarios, plataformas de autores, talleres compartidos, etc.), y siempre nos hemos topado con claras dificultades para conseguirlo.
Para nosotros 'organización' e 'infraestructura' son un tándem
inalienable. Las personas que se nos han venido acercando han podido
mostrar predisposición teórica, e incluso colaborar ocasionalmente,
pero desde el momento que planteamos que no existe organización sin
infraestructura -y su normativa pertinente-, todo el peso ha recaído
siempre en nuestras espaldas: gestiones, coordinación, trabajo de
carga física, responsabilidades legales, aportación monetaria...
En varios casos ya habíamos captado esa situación y tuvimos que
recular, ya fuera dejando en standby la propuesta, o reconvirtiéndola
en una sección interna nuestra. Pero hasta ahora hemos mantenido ese
marco mental de propuestas y las puertas abiertas para seguir ideando
y proponiendo ese tipo de iniciativas y soluciones.
Hoy abandonamos esa vía. Dejaremos de crear ese tipo de ofrecimientos
como plataformas abiertas y tales ideas -de aprobarlas- pasarán a
modelarse como secciones internas de nuestro movimiento.
Otro tanto ha de ocurrir con las que están en curso. En definitiva,
las que gozan de cierta salud es porque nosotros las estamos
manteniendo.
Comprendemos que no todas se pueden reconvertir de la noche a la
mañana. Instamos a que se realicen todas las gestiones,
conversaciones y re-escrituras oportunas para su redefinición y breve
puesta a punto.
La diferencia central son las obligaciones de las partes y la forma en
que se redistribuyan los méritos y los beneficios morales o
materiales. A partir de ahora los adherentes han de ser o hacerse
parte de Manticore en alguna de sus figuras estatutarias, con ajuste a
sus normas internas.
(Esta resolución no tiene que ver con nuestra posible participación en
plataformas creadas por otros a las que nos hayamos podido sumar.)